domingo, 27 de diciembre de 2009

2009, adiós.

Se va a la una, se va a las dos, se va este 2009 y muchos diremos que ¿cómo que se nos fue, si me debía? Pues como pocos, este año quedó a deber para muchos.

Una severa crisis, malos resultados en lo económico, una lucha difícil y cruel para contener al crimen, productividad en picada, niveles de corrupción que espantan, apenas calificamos al mundial de fut, la influenza no se marcha, los capitales no se quedan, los partidos están bien partidos, cámara con lo que pasa en las cámaras, y del empleo mejor ni hablamos.

El México el hilo está delgado y no faltan manos irreflexivas e incompetentes que insisten en tensar el asunto.

Llegará el 2010 entre brumas, cargado de dudas. Ojala que sea de recuperación, de estabilidad, de paz. Será el año del bicentenario del inicio de la llamada lucha por la Independencia, del centenario de la llamada Revolución. Ya habrá tiempo y espacio para tratar ambos temas.

Por lo pronto, a cerrar un año que muchos desean poner en el olvido. No soy de esa opinión, este puede ser un periodo que deje algunas lecciones duras, hasta crudas, pero netas, verdaderas. Como ríspidos cortes de acantilado, marcados por el sol a plomo; duros, filosos, sin delicadeza ni ambagues.

De cada uno depende plantarse y aceptarlas entera y humildemente

Por mi parte, sólo me queda intentar aprender de lo acontecido, en la medida que me permitan mis limitadas capacidades.

En lo que sí no tengo por qué medirme es en desearte a tí, que lees ahora mismo estas líneas, que te vaya excelentemente bien, que todos tus proyectos se realicen, que te la pases de poca, que la crisis te haga los mandados y que todos y cada uno de quienes quieres estén rozagantes, contentos y sanos durante todo el año.

Un abrazote, mil gracias por la compañía!
***

jueves, 10 de diciembre de 2009

Apócrifo explorador


Al cabo de siete meses de fatigosa caminata e investigación, fue posible recuperar la ruta original por la que Thomas Tilt halló su fin en uno de los más lejanos y olvidados rincones del mundo.
La carta que le fue dirigida contenía las indicaciones necesarias para llegar a destino en tiempo, sin embargo, un inexplicable error de interpretación le llevó a desviarse 25 kilómetros al sureste de su objetivo.

Esta es la transcripción de la carta, con las anotaciones al calce de puño de Tilt.

Región M'be Tzu, febrero 4 de 1831
Querido Thomas:
Desde este remoto sitio, le hago llegar estas líneas que espero le traigan a salvo.
Lugo de salir del poblado M'be, saque el tytu zopte que le debe dar el Imte yoye en el segundo terte que halle.
Llegando al trinque zepe, no se preocupe pues se torna leve la tanca de tete en el mojingo.
Baje de ahí por el Zembá antes de la crecida que provoca el inye entre los poorves del Tzumbe. No lo olvide.
Llegue hasta el punto chato del Timbí. Atraviese a toda marcha ese lugar, sin mirar el mique que trombeya el alma de quienes no traen zezes imturteados. Posiblemente esto le lleve un par de días.
En llegando apenas, apure el quilimbombé macheque sin parpadear siquiera, pues ese rezumado berente es el único que se ajilba con moratos de Yegurey entroncados a la zepeta. Sólo con un muruye resistente atrévase a entibiar la calpa para adentrarse en el tiempo del calembe.
Cuando el moyembe comienza el fete, debe usted inclinar la yemta al modo trenque so pena de que le acomoden un aterrador crentete justo en el centro de su lengue hasta que se pente el yilo y se lo revienten (Dios no lo permita).
Una vez allí, no tiene sino seguir un mnte hacia el este hasta que a la vista aparezca el bilbi mayado del petenter abilio antes de llegar al otro río.
Con ello posiblemente esté a salvo.
Espero que trempe la yuya a tiempo para que nunca le suceda lo que al desdichado Panzetti quien zortó su clincha sin que González lo notara. Un error estúpido que provocó esa tristemente célebre tragedia.
Haciendo al pie de la letra cuanto le he dicho, no debe demorar más de un par de meses para llegar.
Mucha suerte.

Tanutroff

PS: Debido al zentek, nada más que hasta el untt tze (2 de marzo) puedo esperarlo.

Anotaciones marginales de Tilt:

Es correcta la indicación, pero por poco los poorves ocasionan la rotura de mi yanteye, salimos bien librados aunque dejo marcas de apoyo en el Tzumbe, previendo el regreso.

No estoy cierto de haber trempado adecuadamente, me aseguré de no zortar la clincha sin aviso pero es difícil decir si esto tendrá el efecto adecuado. Temo por mi seguridad.

Mis guías me han abandonado, estoy únicamente al amparo de mis propios medios.

Dios de apiade de mi alma, los chenques del memto se ilfungaron irremediablemente. No puedo sino esperar lo peor.

¡Qué error! El cehngue mulambe era zimabado desde el trenembe de mi zancoyo. Ha sido un feliz descubrimiento, seguramente todo saldrá bien.

La anterior fue su última anotación.

Hoy sabemos que de no haber zimabado, posiblemente habría alcanzado el objetivo. Sin embargo, gracias a la resistencia de su zancoyo pudo alcanzar el Mbeyé antes de la funta.

Sucio, maloliente, desorientado y al borde del colapso llegó al pequeño poblado en donde vivió por años. Fue conocido como “krimbe yente” nombre que aceptó de buen grado creyendo que significaba “el aparecido de la jungla”, aunque si hubiera dominado el dialecto Mbete mbeyé, hubiera sabido que “yente” declina distinto en el caso de ser complemento directo, con lo que modifica la sintaxis básica, para convertirla en compleja, por ello no se enteró de que en realidad era llamado socarronamente “caca de la selva”.
***

Se nos jué

Vaya, vaya, pues con el asunto del ahora exjefe Delegacional Rafael Acosta no hay modo de dar una, estando a punto de tenerlo todo, resulta que falsificó documentos oficiales. Y renuncia, dicen, para no ir a la cárcel.

Lo que me deja una duda: ¿Quién estaría facultado para otorgar el perdón?
Me doy.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Iztapalapa

Se fue noviembre sin una sola letra. Mal modo el mío.

Pero bueno, ni hablar (o escribir), unas líneas no vienen mal.

No deja de llamar mi atención el caso de Rafael Acosta Ángeles (a) Juanito, el controversial Jefe Delegacional electo y en funciones (manque algunos les duela) para Iztapalapa.

Para algunos, un traidor que se desdijo ante la palabra empeñada únicamente por ambición, a sabiendas de que ocupa un puesto que no hubiese ocupado nunca de no haber mediado la intervención de AMLO para apuntalar a Clara Brugada, llamada Clarita, en su carrera por la titularidad.

La historia de suyo da para una novela o una película. Está guiada por la ambición, la traición y el cinismo.
El protagonista tiene ese aire del perpetuo perdedor, bueno pero con mala suerte y al que al fin le llega su hora, del estilo de esos melodramas que tan asiduamente se filmaran en nuestro país durante las décadas de los cuarenta y cincuenta, que tanto se encarnaron en el imaginario popular. ¡Caray! casi me puedo imaginar el reparto: David Silva, Carlos López Moctezuma, Fernando Soto Mantequilla... pero no nos desviemos del tema.

Como se sabe, Juanito pidió licencia, Clarita le entró al puesto y sus huestes estaban felices de echar al peculiar personaje de lo que creen que les pertence. Mas, de veras que no atendemos las enseñanzas del Chapulín Colorado, no contaban con su astucia. A pesar de que le bloquearon el edificio y le hicieron plantón. Rafael Acosta regresó por sus fueros. Entró a las oficinas, colocó sellos, pidió renuncias, hizo nombramientos, hizo valer viejas alianzas, exhibió nuevas y no dejó títere con cabeza.

Por supuesto, entre quienes la apoyan y en la propia Clarita esto fue poco menos que motivo para una apoplejía. Estan sumamente enojados. Bueno, un grado más allá...

Hoy la Asamblea de Representantes de Distrito Federal, ahora busca remover del puesto a Juanito, destituirlo, con motivo de la supuesta ingobernabilidad que provoca en la demarcación. Es decir por los desmanes que pudieran cometer los seguidores de Clarita...

En resumen, la situación ha sido esta:

Como no pusieron a la candidata que querían dentro de un partido, alguien le pidió de favor a otro candidato, de otro partido que actuara como hombre de paja para que la gente votara por él, ganara la eleción y luego renunciara para que la candidata del primer partido pudiera gobernar. Por increíble que parezca, así ocurrió, la gente votó por el otro para que ganara la una.
Sin embargo, ya metido en el papel de representante del popolo, el otro se arma de aliados, de bien intencionados, de políticos y de lambiscones y se da cuenta de que si ganó la elección es porque el pueblo así lo decidió y él, como es un demócrata, debe respetar ese mandato.
Al ver esto, la una y sus aliados deciden acudir a la vía legal e institucional para mandarlo a su casa de vacaciones forzosas. Es correcto, quienes torcieron la institucionalidad de la elección y de la pertenencia partidista ahora quieren esgrimir el derecho a su favor.

Y luego nos extrañamos de que nadie nos tome en serio.

En mi opinión, el asunto fue un mal cálculo. Se perdió la proporción, les falló la prospectiva, se rompió el esquema, vaya para decirlo técnicamente: se les chispoteó.

Aunque nadie quiere líos gordos y una llamarada puede ser el inicio de una conflagración, que la pinta institucional prevalecezca parece ser lo recomendable; de ser así las cosas, Juanito tiene buenas probabilidades de quedarse a gobernar y de que la Ley lo proteja. Adicionalmente, no es despreciable el hecho de que varios actores de peso ven con muy buenos ojos que el jugoso presupuesto de la Delegación quede lejos del alcance de quienes suponen los pueden usar con fines electorales rumbo al 2012.

Caras vemos, presupuestos no sabemos...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Catorce

El 30 de octubre cumplió 14 años el hijo mío, querido de mi corazón.
Fuimos a comer acompañados de dos de sus amigos y su madre, a Italianni's de Santa Fe. Puras risas, tonteras y más risas entre el trío de adolescentes.
Veo a Enrique y parece mentira que apenas ayer lo cargaba, le hacía avioncito, jugábamos luchitas (bueno, eso todavía) y ahora es un larguilucho mozalbete más alto que sus progenitores.

Le llevé de regalillo pal día, un DVD de Led Zeppelin y una bufanda.
Digo, ya anda en ondas más creciditas y resulta que le gusta el rock. Bueno pues un obsequio que esté en sintonía, no?

Al salir de la comida, los tres alegres compadres decidieron entrar al cine, pero eso sí, solos. No es cosa de quemarlos socialmente acompañádolos, ellos ya deciden y hacen sus cosas, ok?. Al llegar a taquilla, se pusieron de acuerdo y decidieron ver... Toy Story en 3D.
Esos adolescentes...

Su mamá y yo, nos retiramos sonrientes a ver aparadores.
Fue una grata tarde.

Un abrazo grande, enorme, para mi muchachote. Se lo merece, ¡Es un buen chico!

lunes, 26 de octubre de 2009

Paseo ciclista


Este domingo 25 de octubre de 2009 me había propuesto completar el circuito ciclista que el último domingo de cada mes se realiza en esta capital mundial del imeca y el tlacoyo.
Con ese propósito me dirigí hacia la colonia Condesa a bordo de mi súper chevy, con todo y bici.

A un par de cuadras del circuito me estacioné.

Monté en mi jumento de aluminio y acero y a darle al pedal.

Ya había asistido a los paseos dominicales, que van desde El Ángel hasta el Zócalo, pero nunca había intentado recorrer completo el llamado "Ciclotón", que es un anillo de 30 kilómetros de circunferencia.

Como en los paseos anteriores, es un rato realmente agradable el que se pasa mientras se recorren las calles sin vehículos automotores y en compañía de decenas de ciclistas, patinadores y viandantes. Es una hermosa ciudad, la gente es veinte veces más amable y el ambiente es de contento general.

La bicicleta posee el encantador poder de transportarnos siempre a momentos felices de la vida, a tiempos más relajados que se acompañan de frescas brisas. En un día soleadito, en una calle arbolada, ir en dos ruedas de cara al viento es un puro contento.

En fin, tomé Reforma, Avenida Juárez, Bolívar, Salvador, 20 de noviembre, Fray Servando, Taller, Francisco del Paso y Troncoso, Viaducto, hasta Río Churubusco o, si se quiere, el circuito interior, digamos a la altura del Palacio de los Deportes, hasta ahí todo había sido cocer y cantar. No contaba con los puentes a desnivel durante el resto del trayecto.

Pedal y fibra, decía mi padre, y ahí te voy. Sin falsa modestia he de decir que no flaqueé en ninguno de ellos. Cada puente, llegado su turno, me vio subirlo con ritmo (pausado, tampoco se trata de presumir) y bajarlo en veloz desliz.
Aunque he de confesar que llegando al cruce con Tlalpan comencé a calcular cuánto me cobraría un taxi por llevarme con todo y bici hasta mi auto, sin embargo, terminando de subir el cruce con División de Norte, sentí nuevo ánimo, y ahí mismo recobro el gusto del paseo. Paso por encima de Cuauhtémoc (la avenida, no nuestro prócer), enfilo hacia Universidad, lo paso casi silbando (zigzagueando en la subida, una técnica que hace dos puentes inicié ante la mirada casi divertida de algunos otros pero que a esta altura ya utilizan más de tres) llego hasta Insurgente y ahí nos detiene el semáforo. Cruzamos y nos enfilamos a Patriotismo, una vez ahí, me voy llenando de alegría. Es seguro que voy a terminar el recorrido, pero ahora amenazan unos negros nubarrones con liberar su carga y empaparnos de un momento a otro. Le pongo velocidad al asunto.

Nos adentramos en la Condesa y al ver la esquina de Vicente Suárez, me enfilo hacia mi coche.

- Ya nos abandona joven? Me dice jocoso un poli cuando ve que salgo de la vía ciclista.
- Nop, ya acabé el circuito! Le digo sonriente
- ¡Vientos! Me dice con el pulgar levantado

Llego al súperchevy, desmonto la bici, la achico, la guardo. Terminé.
Me acomodo en el asiento y en ese instante comienza a llover. Para mí, en el rompecabezas que puede ser lo cotidiano, hoy todo ha encajado perfecto: la ciudad, la bicicleta y el tiempo.
***

martes, 20 de octubre de 2009

Amostazarse

Como me pasa de tiempo en tiempo, curioseo por el diccionario que don Sebastián de Covarrubias titulara como Tesoro de la Lengua Castellana o Española (1611).
Más que buscar en específico (aunque lo he tenido que hacer alguna vez), voy paseando por las páginas viendo las palabras y sus explicaciones.
Valen muchas lo que un viaje al pasado.
Me llama la atención que 'México' aparece desde entonces así, con su 'x'; y que no obstante lo cual todavía haya quienes continúan escribiéndo 'Méjico', especialmente en la Península Ibérica.

Bueno, geografía aparte, traigo un término que jamás había escuchado, que me ha resultado muy simpático y que pienso utilizar a la primera provocación.

AMOSTAZARSE. Vale enojarse, porque así como el humo de la mostaza fuerte sube a las narices y las hincha y pone coloradas, así el enojo y la cólera envían a las narices semejantes humos con que alteran al hombre y le sacan de juicio, poniéndole en furor; y así decimos: Guarda no se me suba la mostaza a las narices. 2. Amostazado, el que está sentido y con ánimo de vengarse.

Así que ya lo saben: cuidado con que alguien se amostace, porque puede llegar a sentirse amostazado y entonces sí: ¡aguas!

Está genial.
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domingo, 4 de octubre de 2009

Cero y van dos

Así o asado pero tan pronto como cada día dejó correr sus minutos en hordas de segundos hasta invadir dos vueltas completas al calendario, así se fue este tiempo hasta alcanzar el segundo aniversario de escribir en este espacio.
Gracias a cada uno y cada una de quienes se han dado una vueltecita por esta su casa, aunque a veces haya tiradero.

Buena fortuna a tod@s!



PS: Por supuesto, dos de octubre no se olvida.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Un pasito

Hay momentos que sólo al paso del tiempo sabemos su dimensión.
Ayer por la noche, me costó un trabajo enorme conciliar el sueño. Vuelta para acá, ahora para allá, una partida de solitario, lectura, hasta sentir como el párpado se espesa y pesa.
Apago la luz. Giro y me duermo... quince minutos.
Es claro que la presión para nivelar la nave se va sintiendo, me digo a mí mismo que en todo caso, tampoco se trata de hacerle al héroe. Mañana reorganizo mis papeles y vuelvo a dirigir las baterias a lo que había venido haciendo.
Más tranquilo, intento dormir, comienzo a oir música con mis audífonos, me entran ganas de echarme una bailadita. ¿Y por qué no? Me levanto de la cama y a oscuras bailo un par de rolas del maese Marley. Recupero el buen humor.
Me acuesto nuevamente, cierro los ojos y pienso que, pase lo que pase, lo único que requiero es no perder el ánimo ni dudar de mi propia capacidad para hacer lo necesario y lo debido. No tengo por qué flaquear. Me duermo.

La primera llamada de la mañana: "Enrique nos podemos ver a las diez? Quiero cerrar el pedido"
Estoy a la hora convenida y salgo a las 12 con un cheque en la mano -el primero en un buen rato- y una sonrisa en la cara. No es mucho, pero es mío.

Puede ser un inicio o un epílogo, no lo sé, ya se verá.
Ah! pero eso sí, nada le quita su sencilla alegría a este pequeño episodio.
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sábado, 19 de septiembre de 2009

Hoy en el pasado

Para Deniche

Llega en pies de algodón, suave y definido el recuerdo de un algo que nos toca, súbito pero gentil nos captura, nos lleva desde hoy hasta allá, atrás, a un punto acidulado, azur, malva, grana o sinople lejos, tanto como ayer, tanto como veinte años o más en el pasado.

Nos vemos ahí y ahí nos vamos.

Nos llevan a los sabores, se renuevan aromas y el momento se matiza con colores, mientras campean por la mente lo mismo el candor que la tristeza, la carcajada o la vergüenza, aciertos y errores. Aquella pequeñas cosas, cuenta y canta Serrat, que nos dejó tiempo de rosas, en un rincón, en un papel, en un cajón.

Y queremos saber de ella, quieren saber de él. Alegrarnos porque está bien, invitarle a charlar, a verse en un café y que sólo dos lo sepan, no porque esté mal, sino porque así es como debe ser, para que tenga sentido, para que nos haga bien, ese sabernos hoy un poquito en el ayer.
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sábado, 5 de septiembre de 2009

Hanussen

En una de las muestras de cine en esta Ciudad de los Palacios, allá por 1985 u 86, vi entonces una película que me llamó poderosamente la atención y de la cual que creía recordar la historia, de hecho creo que en más de una ocasión la utilicé en ejemplos o para salpimentar alguna charla.
La volví a ver hace unos días.
Si bien algunas partes eran tal cual las recordaba, en lo medular, la película era diferente.
Creo que esto bien puede ser una forma de apropiación en el que la historia se va adecuando a como quisiera que hubiera sido para apropiármela por entero. Puede ser, pero eso será materia de comentario en otro momento.

El caso es que disfruté de la trilogía de István Szabó acerca del imperio austro-húngaro: Mefisto, Coronel Redl y Hanussen, a la que me he referido es a esta última.

Erik Jan Hanussen, en quien está inspirada la película, fue un personaje que adquirió cierta notoriedad durante los primeros tiempos de los nazis en el poder. Calificado como vidente, tuvo un trágico desenlace su existencia. Me abstengo de detalles, les recomiendo la película.

En fin, el caso es que durante la cinta, Hanussen se reúne con algunos notables en Berlín, quienes se interesan por saber cuanto el personaje pueda decirles acerca del futuro. En determinado momento, Hanussen fija la mirada y habla, esbozando escenas que, no sé por qué, me resultaron familiares. Os dejo sus palabras, ahí me avisan si les suena como que a algo que pasa en algún sitio lejos, muy lejos, de la sana, vigorosa y estimulante realidad de esta nuestra tierra de la serpiente y el nopal, según lo expresado por nuestro presidente en sus mensajes de recientes fechas.
Habla Hanussen:
“Veo 100 mil marcos flotando en un canal, fueron tirados por un mendigo.
Un periódico que costaba 100 mil en la mañana cuesta 500 mil por la tarde.
Los que habían prosperado, ahora son mendigos. Los especuladores y los timadores ahora han prosperado.
Veo a innumerables hombres parados frente a restaurantes, desmayándose de hambre bajo la mirada indiferente de los que están adentro.
Aparadores llenos, pero unos no pueden comprar ni una manzana podrida a sus hijos.
Las disparidades crecen.
La corrupción hace a un lado los intereses comunes. Hay un enorme vacío y en él hay ancianos enfermos y jóvenes sin oportunidades. Necesitan pan, trabajo, seguridad y orden y lo que tienen es odio.
Ellos odian esta república. Veo odio en sus ojos.
Es un odio que podría usar un demagogo.
Es un terrible tiempo de espera, es como caminar en una cuerda sobre un abismo,”

El personaje calla, la escena sigue; en la realidad histórica, al poco tiempo Hitler ascendió al poder.
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domingo, 23 de agosto de 2009

De regreso

Vaya, pues nuevamente me venía ganando la falta de letras para llenar la blancura del papel.

Digo, de fodongo no he estado, pero el cambio se ha llevado su tiempo y como frecuentemente ocurre, es en la mente donde se lleva a cabo el mayor esfuerzo para que las cosas tomen el cause deseado. Creo que voy en la dirección correcta. Ya comentaré detalles.

Paso a cuestiones de interés general.

Leo las nuevas acerca de los recortes presupuestales. Dan mello.
Estoy de acuerdo en que se debe racionalizar el gasto público y lo estoy a pesar de que yo mismo he sido ya víctima de ello. Es preciso que las finanzas se redireccionen y se apliquen los dineros a lo verdaderamente necesario. Ahí es donde tengo bien fundadas dudas. No veo rumbo.

Adolece el país de un objetivo claro para todos.
Desde mi óptica, se ha y se sigue ejerciendo el gobierno sorteando lo emergente, muchas veces posando para las cámaras y en medio del juego de la política “por razón de estado” que en realidad es una reyerta de múltiples frentes entre decenas de actores, quienes en muchas ocasiones son hasta ¿compañeros? de bancada partidista. Un atolondrado baile de máscaras. Muchos chafas y no pocos mezquinos.
Bueno, eso será materia de otro comentario.

Lo que hoy me preocupa es la alarmante falta de sensibilidad social, de capacidad para tomarle el pulso a la ciudadanía en un momento que creo puede resultar especialmente delicado.

Estamos en una crisis económica de dimensiones colosales (parece que ya nos dimos cuenta que sí era cierto y no un cuento) y en este nuestro México lindo y querido no hay recursos suficientes en las arcas, el excedente obtenido de los altos precios internacionales de petróleo en los años anteriores se gastó alegremente en faraónicas obras de construcción de puestos burocráticos. Hoy ya los precios se ubicaron muy por debajo incluso de cómo fueron considerados para efectos del presupuesto de egresos. Y resulta que hay que pagar esta obesa estructura y con la novedad de que no hay lana.
En las rotundas palabras del Secretario de Hacienda, hay un boquete en las finanzas de unos 300 mil millones de pesos para el presupuesto del ya cercano 2010 (el del bicentenario). Se acabó la borrachera, llegó la cruda y ¡maldita sea! justo cuando no nos alcanza ni para comprarnos unos alka seltzers.

Pues en medio de todo esto, dentro de las privilegiadas mentes que prometieron que esta sería la patria que “un empleo a cada hijo le dio” la solución que ha surgido y que amenaza con ponerse en práctica es la creación de nuevos impuestos. Esto, de ocurrir, creo que será una equivocación monumental. Dentro de un ambiente mayoritariamente pesimista y entre noticias de sueldos y prestaciones para funcionarios que indignan a la inmensa mayoría de la población, se quiere obtener más dinero de los ciudadanos para mantener una pesada burocracia y a una que otra instancia de gobierno absolutamente inútil.
Es decir, Hacienda va a reventar a quien se deje, a exprimir todavía más a quienes cumplen y que lo hacen a pesar de un sistema impositivo enredado que induce a trampas de recolección más que a fomentar la participación civilizada y razonada.

Curiosamente, no he leído de algún plan para generar riqueza, ¿será que es más fácil repartir pobreza? Por supuesto, parece más sencillo arrebatar apoyado en la ley que producir con base en la inteligencia o el talento.

Nuestro sistema es costoso, ineficiente, ineficaz e inefectivo. No hay dinero que alcance cuando el gobierno quiere ser rico mientras el pueblo es pobre.

La liga está muy tensa y las presiones sociales, exceso de imposiciones, inseguridad, desempleo, futuro dudoso, injusticia, cada vez más se concentran, oprimen y lastiman a una clase media (o lo que queda de ella) que se ve cercada entre la imposibilidad de progresar (que ya lleva rato viviendo) y el peligro (que ya comenzó) de perderlo todo.

Hay que releer historia. La clase media una vez harta o acorralada es generadora de revoluciones. Dejarnos de bobadas, en verdad, como sociedad estamos entrando a la zona en que apostar a la resignación ciudadana es el equivalente a darle cerillos a un borracho para que fume junto al depósito de pólvora y esperar que no pase nada.
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domingo, 12 de julio de 2009

Troya



Cada que un ciclo cierra su propio tiempo queda en el ánimo alguna duda de lo que habrá de venir.

En la encrucijada no de elegir un camino, sino de abrir una brecha, dudo. No es fácil. Tampoco lo es continuar marchando por la misma vereda.

La estrechez de miras amenaza con imponerse.

De las maneras de ganarse la vida, cualquiera que se base en cerrar los ojos me parece de las más desagradables, ya no digamos ante crímenes o deshonestidades, nada tan melodramático, sino incluso hacerlo ante mentes pequeñas, obtusas y obnubiladas. Lo sencillo muchas veces puede ser callar y obedecer, dejarse llevar por la corriente y esperar paciente y dócil la llegada de la quincena. No siempre es posible.

Decir esto no significa creer en una cierta superioridad ante el común de los congéneres o colegas. Nada de eso. En mi caso, me reconozco ignorante y lleno de defectos, por eso creo que no puedo permitirme el lujo de quedarme en la misma circunstancia.

Si bien lo nuevo presenta incertidumbre y riesgo, una prolongada estadía en la zona de confort amenaza con anquilosar cuanto puede ser susceptible de movilidad y mejora. Agua que se estanca, se pudre.

De vez en vez, no hay más remedio que dejar Ítaca y marchar hacia Troya. No es un sitio, es un estado mental que acepta el desafío y toma acción para el cambio. Caminemos.
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miércoles, 3 de junio de 2009

Heme (o hemo) aquí.

Heme aquí, tendido cuan corto o largo soy.
Este espacio le he abandonado por un, para mí, prolongado periodo.

Un proyecto con fecha de entrega inamovible, fracturas en el equipo de primer nivel, malas intenciones, desinterés de unos, apatía de otros, alguno que no comprende, pocos interesados.
Presiones innecesarias, amenazas sin sentido, en fin, el largo y sinuoso camino para construir. Afortunadamente, interés de quienes se necesitaba y un equipo de trabajo de primera, comprometidos con lo que debe hacerse, juntos comenzamos y juntos, todos, terminamos. Gracias a cada una, gracias cada uno.

Sin embargo, el pinche estrés acumulado en un trienio ha pasado la factura.

El mismísimo sábado 30 de mayo tuve que suspender una muy deseada reunión a las 8 de la noche (gracias amigos por su comprensión), hacia las 23 horas ingresaba al hospital (gracias Zagal por llegar y estar) y el domingo a primera hora, el cirujano trabajaba en mi anestesiada y así impúdica humanidad, colocada en una poco grácil postura.

El lunes a las dos de la tarde abandoné el nosocomio. Salí caminando, con cara y pose de torero caro, la frente alta y el paso pausado, pero digno de la México.

El viaje de vuelta a casa, con la Zagal al volante (gracias otra vez), fue un verdadero tour de fuerza, valentía y emociones que hacían ver al “Batman the ride” de Six Flags como una pequeña resbaladilla para parvulillos. Cada tope, cada bache, la frenada, el acelerar, todo evento producíanme descargas de adrenalina por todo el cuerpo.

Y luego, el asunto de las explicaciones... por qué no voy a trabajar. No es asunto de decir cualquier cosa: es una semana de ausencia. No hay catarrito ni lastimadura que aguante eso en una llamada al jefe o en papel ante recursos humanos. No señor, nada. Sólo la verdad os hará libres.

De modo que puesto en el brete, decidí sacar el pecho y decirlo con todas sus letras: me operaron de hemorroides. Es increíble que operación tan dolorosa y molesta no agregue aunque sea un poco de brillo al valor de quien la padece. Casi siempre la vergüenza es la primera reacción de quien lo ha sufrido. Además del intenso dolor físico, el ardor emocional. No hay derecho...

Sin embargo, en cuanto me decidí por comunicar a quien preguntara la razón de mi convalecencia sin rodeos, franca y directamente, al parecer he ingresado a una cofradía oculta y subterránea. Ahora resulta que el tío, el cuñado, el primo, yo mismo, yo misma, el hermano, la novia, el amigo, una multitud de hemorroidópatas ha hecho su aparición.

Bueno, digo yo, esto no es una enfermedad -ríase usted de la influenza-, esto sí que es una epidemia.

En fin, con resignado valor, convalezco. Ya me pondré al día.

PS: ¡Ah qué envidia me ha despertado don Simón Bolívar en estos momentos! el héroe libertador era conocido entre la tropa, gracias a su increíble resistencia para las cabalgatas, como “culo de fierro”. Qué tipo!

***

lunes, 4 de mayo de 2009

Influenza

Tal parece que el lamentable brote de influenza en nuestro país es un hecho surrealista en un país del que se ha dicho que es precisamente eso.

Se oyen voces gritando que todo no es sino un compló orquestado por esa invisible y omnipresente camarilla que se ocupa de desestabilizar al mundo y que, entre otras cosas, ha producido al chupacabras, el rescate bancario, la aparición de la mafia, el tsunami en Indonesia y los malos torneos del América.
También nos quejamos de la pésima actuación de las autoridades en este caso, de nada sirve que entre los especialistas y organismos internacionales se haya calificado como ejemplares las acciones tomadas desde que se detectó el virus.
Desde la óptica de algunos, si algo malo pasa es por culpa de alguien, y por ello ese alguien, quien quiera que sea, debe ser castigado. En ese mismo espíritu, si quien hizo algo bueno, no es de su agrado, automáticamente lo que se haya hecho está mal hecho.

Dan fiaca. Mejor dejemos a ese sector

Llama la atención la medida solicitada de "no saludar de beso ni de mano" digo, lo comprendo y apoyo la medida, pero como que ha causado un cierto vacío emocional, una deficiencia en nuestra dieta de afecto diario. Se ven caras tristes, la de aquel oficinista cuya única motivación para ir a chambear es que Lichita, la recepcionista, le de su "abacho y becho" cuando llega; o la lánguida pose de Mariquita que no ha podido sentarse a comer y hechar chisme con sus comadres de todos los días, o "El Panzón Barrios" que lleva ya más de una semana sin que nadie se le acerque para darle un tronado choque de manos y su sobadita de la suerte en la rotunda barriga; Palacios, ya sin poder ir al Gym; Ausencio, que ya no puede echarse sus luchitas en el almacén; hasta el estirado del licenciado ese que no sabe dónde poner las manos cuando le presentan a alguien; nosotros mismos, dando y pidiendo caras y manos asépticas en casa para saludarnos.

Todo lo entiendo, es temporal, pero como que un pedacito de encanto se nos ha perdido.

Por otro lado: no vayan a lugares concurridos, de acuerdo; cerrados restaurantes y bares, de acuerdo; no hay fútbol, de acuerdo. Todos enclaustrados.

-Oye Juan ¿qué hiciste el fin de semana?
-Pues con eso de que no hay a donde ir, nos fuimos al súper a hacer las compras, luego a buscar unos tornillos para arreglar el clóset que ya lleva dos años con el alambrito, ahí nos tardamos un buen y como ya era tarde pues que nos vamos a casa de mi prima Claudia, que nos invitó a todos. Como no hay a donde ir, no hombre, que nos juntamos más de 20, lo bueno fue que cada quien llevó algo. Ya en la noche nos fuimos a la casa a ver una película.
Al día siguiente, quedamos de vernos en la casa para comer y echarnos un dominó con mis dos hermanos y sus hijos. Así que nos fuimos al mercado temprano. Ahí desayunamos y compramos las carnitas. Ya llegaron todos como a las tres y se fueron como hasta a las nueve y media. Ni tiempo de arreglar el clóset, ¿tu crees?
-Ah, pues te la pasaste en bien, no?
-Pues dos-tres, algo aburridos, como no había nada abierto... ya no hicimos nada.
.***

domingo, 12 de abril de 2009

Millonarios

Está muy buena, pero es muy triste -me dijo mi vástago Enrique- acerca de la película de "Quisiera ser millonario" (slumdog millionaire, dicho sea de paso, qué afán más tonto de cambiar los nombres de las películas a malas traducciones inventadas).

Bueno, pues la vi. Realmente, me pareció muy buena.

Del director, Danny Boyle, hay que recordar su provocativa Trainspotting, una excelente cinta que conforme pasa el tiempo mantiene y agranda su dimensión como película de culto.

Ambientada en la India, "Quisiera ser millonario" narra la historia del joven Jamal Malik, a modo de hilo conductor para explicar su detención como sospechoso de fraude mientras participa en un concurso de televisión en el que se encuentra en camino de llevarse 20 millones de rupias.

Tras una serie de aventuras de todo tipo, finalmente el amor, la suerte, el deseo colectivo, la justicia, el happy end o como se le quiera llamar se impone y todos contentos. Un final que deja buen sabor de boca, sin las invenciones de "originalidad" que de repente más parecen actos de sadismo por parte de los guionistas. Sin embargo, algo se me queda pendiente: Y a Enrique ¿por qué le pareció triste?

Lo veo al día siguiente y le pregunto al respecto. Me lanza una mirada de "ubícate mi chavo"

- No hablaba de esa película, sino de la del niño con pijama de rayas.
- Ah...

No les digo... y yo que me quedé esperando una tragedia toda la película...
***

miércoles, 11 de marzo de 2009

Un instante

quiero seguir, ir más allá, y no puedo:
se despeñó el instante en otro y otro,
Octavio Paz

Mantener indefinidamente el momento, suspendido, congelado.
Ni la más mínima distracción vale, hay que embeberse, perderse, extraviarse en un solo pálpito, que resuma y concentre el extracto mismo de la vivencia, de lo vivido, de lo sentido.

Cuántas veces lo deseamos, qué tan pocas lo tenemos. Sin embargo, debe el mundo seguir marchando al rítmico tictac de los relojes. Continuar la sucesión de eventos, mientras haya espacio para ello.

Nosotros, a seguir viviendo, a continuar atentos, que en nuestro tiempo aún habrá minúsculos y hermosos lapsos, y tal vez, solo tal vez, ahí encuentre el mundo nuevas formas de recrearse, de parecer siempre nuevo, como recién inventado, listo para quienes se descubren en él, al capturar un poco de lo bello, aunque sea muy de tarde en tarde, y nada más que para reinventarse hoy, que para reinventarse siempre, antes de que se despeñe el tiempo, en el siguiente instante.
...

domingo, 1 de marzo de 2009

De la crisis II

Comienzan a circular los mensajes de esperanza en la red para animarnos a enfrentar la crisis económica. Lo que parece indicar que estamos aceptando que efectivamente es real y no una moda. Eso no está mal, hay que prepararse.

Lo que resulta tan molesto como un mal sarpullido es el inmediato entusiasmo de los optimistas por costumbre, aquellos que parecen sólo estar buscando la menor oportunidad para aupar, decir palabras de esperanza, encontrar, interpretar o inventar frases, anécdotas, citas de hombres y mujeres célebres y no tanto; hacer la presentación en power point, la tarjetita con gatitos, florecitas y coloritos o montañas, águilas y atardeceres, lo que se requiera para decir lo amable, lo políticamente correcto, por elevar el ánimo, por mantener la imagen de un mundo “really nice”, en el que echándole ganas es posible superar cualquier cosa, andar con cara de “gané la lotería” e irse a dormir contento.
Lo soft, light and clean a todo lo que da. Guácala.

Por supuesto, no quiero oír sólo el ulular de las sirenas de alarma.

Pero más vale enfrentar las cosas como son, del tamaño que sean, pero saberlo de verdad, tomar las cosas con serenidad, con el corazón en su sitio y la cabeza funcionando adecuadamente. Apelar al valor, no sólo al entusiasmo; a la preparación, no nada más a las ganas; a la serenidad, a la cordura, a la determinación y a la decisión.

En fin, si bien no es un servidor quien tiene la voz autorizada en este y seguramente para muchísimos otros temas; sin embargo, creo que mientras más pronto comprendamos las cosas, mejor nos preparemos y con mayor precisión y disciplina planeemos y apliquemos las medidas necesarias, tendremos una mucho mayor oportunidad de pasar exitosamente no sólo esta sino cualquiera otra canija encrucijada.

Pero mientras lo logramos: pues hay que echarle ganas!

domingo, 15 de febrero de 2009

Diez gotas

Diez gotas de ácido en cada ojo.
Es la pena señalada por el tribunal iraní para castigar el que hace cuatro años Mayid Mohavedi desfigurara y dejara ciega a Ameneh Bahmani, al arrojarle intencionalmente una mezcla de agua y ácido sulfúrico, como venganza haberse negado a comprometerse en matrimonio con él.
No habrá verdugo que ejecute la sentencia. Será la madre de Ameneh quien vacíe, una por una, las gotas que habrán de destruir los ojos, hasta dejar ciego al infractor.
Metódica, mecánica, ininterrumpida e inclementemente con cada impacto de esas, tal vez minúsculas, porciones de líquido la luz encontrará cada vez menos cómo llegar al nervio del sujeto hasta que le sea imposible para siempre.
No deja de ser una idea inquietante que la última imagen que verá ese infeliz tal vez sea la del rostro de la madre de su víctima.
Particularmente crudo resulta saber que la familia se negó a aceptar una compensación económica. Tampoco optaron por que se condenara a muerte a Mayid. Pidieron y obtuvieron la aplicación de la llamada ley del talión: ojo por ojo y diente por diente.

En todo el asunto hay de qué horrorizarse, de qué sentir lo mismo náusea que piedad. Lamentablemente, en ninguno de sus momentos parece posible encontrar aunque sea un resquicio ya no digamos para el perdón que parece definitivamente perdido, sino aunque sea para la tranquilidad.

No termino de digerir esta terrible historia.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Crisis

Ni para donde hacerse, sin remedio estamos entrando a una crisis. Otra más para quienes iniciamos nuestra vida laboral en la década de los ochenta.
Diferencias las hay: ésta que inicia es mundial y las perspectivas no son nada halagüeñas.
Esperemos, y ya lo veremos, no llegar a los demenciales niveles de hace 20 años, cuando la inflación era un asunto tan grave que todavía no sé bien a bien cómo diablos salimos de aquello (me queda claro, eso sí, que gracias al sacrificio de muchos).
Recuerdo que los precios aumentaban cuando menos un 10% mensual. Tal vez hoy esto no dé una idea clara de aquello, pero entonces esto nos obligaba a acciones que hoy apenas parecen creíbles.
En esos días iba un servidor a comprar materiales como papel, pegamento, pintura, rollos fotográficos, etc. (era yo un novel diseñador gráfico) a toda prisa en cuanto cobraba algún trabajo. De hacerlo con tardanza, me arriesgaba a que el dinero ya no fuera suficiente ante las alzas diarias. Al convenir un trabajo se estipulaban los precios dependiendo la fecha de pago.

Aunque los bancos pagaban alrededor de 120% de interés anual por los ahorros, guardar el dinero era visto como una tontería y como la manera más segura de, paradójicamente, perderlo todo.

Me preocupa que comienzo a escuchar comentarios similares.

El que comienza no será un año sencillo bajo ningún concepto. El Banco de México calcula en 340,000 los empleos que se perderán. Y eso que ya sabemos de que los gobernantes suelen dar cifras a la baja, para no alarmar a la sociedad. Las cifras para el resto del mundo son alarmantes, sean de los Estados Unidos, Italia, Alemania o Japón. Se espera un año de verdadera pesadilla, una crisis más profunda y dañina que las del mítico 1929.

Se oyen pues, las sirenas de alarma anta la embestida de las insanas consecuencias del capitalismo salvaje, del mercado irresponsable, de las barbaridades de grupos privilegiados que son lo suficientemente idiotas para desentenderse de su entorno.

En México asoman apenas los signos de la crisis, no serán los últimos, los estaremos viendo cuando menos el próximo par de años. ¡Ánimo!

domingo, 18 de enero de 2009

Fredo

"El Padrino" es la más célebre película de Francis Ford Coppola.
Estuvo integrada por un poderoso reparto.
Muchos recordamos la interpretación de Marlon Brandon como el reflexivo líder de la mafia Vito Corleone, en el primer filme. El mismo papel fue interpretado por Robert De Niro en la segunda parte de la saga. Ambos ganaron el premio de la Academia por su actuación. Caso único, en el que dos actores ganaron la codiciada estatuilla por interpretar a el mismo personaje.
Además, un joven Al Pacino mostraba su innegable talento en ambas al personificar a Michael Corleone, el menor de los hijos del capo. El papel de Sonny, el mayor de los hermanos, corrió a cargo de James Caan.

Lo que poca gente recuerda es el nombre del actor que interpretó al pusilánime Fredo Corleone, el segundo de entre los Corleone y el más débil de ellos. Hagamos memoria, luego de traicionar a su hermano, Fredo desaparece de la escena familiar por años, hasta que la muerte de la matriarca reúne a la familia. Ahí, su hermano Michael, ahora líder de la familia, le permite reincorporarse la vida de los Corleone. La trama es cruda: Fredo finalmente será muerto por órdenes de Michael, en pago a su anterior traición.

Bueno, pues el nombre del actor que interpretó a Fredo era John Cazale y la que realizó en "El Padrino" fue su primera aparición en la llamada pantalla grande.

Cazale falleció víctima del cáncer en 1978, cuando sólo contaba con 42 años de edad.
En su carrera como actor dentro del mundo del cine, nada más realizó cinco películas. Cinco, eso es todo.
Lo extraordinario del caso es que cada una de ellas, las cinco cintas en las que participó, fueron nominadas al Oscar como mejor película.

Fueron: "El Padrino" (The Godfather), "Tarde de perros" (Dog Day Afternoon), "El Padrino II" (The Godfather II); "La conversación" (The Conversation) y "El cazador" (The Deer Hunter).

No está mal para un actor y, de hecho, me parece que no está nada mal para cualquiera. Creo que todos estamos en la búsqueda de hacer significativamente y significar haciendo. Vaya, de dar significado a lo que hacemos. De irnos construyendo a través de obras que de algún modo sean el testimonio de nuestro esfuerzo.

Cazale tuvo la oportunidad, de ser parte de la crema y nata de la producción fílmica de su tiempo.

Tal vez no hizo mucho en cantidad, pero es indudable que en lo que participó tuvo el más alto estándar de calidad posible. No lo hizo solo, fue parte de un equipo. No era el más brillante, pero realizó su parte. Es posible que algún otro actor pudiera haber hecho el papel, pero fue él quien lo hizo y hoy es parte de la historia del cine.

Puestos en el caso de dar sentido a nuestra propia obra, tal vez en algún momento la posibilidad de hacer, de construir algo que auténticamente signifique debería ser una oferta que no podríamos rechazar...

lunes, 5 de enero de 2009

Apócrifo gastronómico


Los nativos irikebes son conocidos por su extraña afición a desnudarse intempestivamente cada vez que huelen el penetrante aroma del fruto del bohahabi.
Sin importar en absoluto la circunstancia en que se encuentren, proceden a quitarse la ropa y realizar una breve pero intensa danza, misma que acompañan con cánticos emitidos a media voz. Entre los irikebes es considerado de mal gusto el canto a todo pulmón. Se cree que demuestra un desmedido afán por sobresalir.
En 1787, Rujande, el primer irikebe llevado fuera de su lugar de origen, arribó a Francia llevado por Philippe Truand, un marino mercante, quien intentó mostrarlo con sus vestidos originales como una curiosidad y hacer algún dinero de ese modo. La difícil situación del reino dio al traste con el intento.

Dos años más tarde, raídas las prendas originales, Rujande hubo de vestir con lo que el mercado ofrecía. Perdió gran parte de su ya escaso atractivo como novedad exótica.
Estando en Metz y abrumado por las deudas, Truand optó por deshacerse de él.

Vendió los derechos de exhibición a un oscuro promotor de espectáculos de origen alemán llamado Schwartz, quien llevó a su nueva adquisición hasta Frankfurt, en donde no produjo el éxito esperado. Lo mismo ocurrió en Stuttgart y Munich.
Viendo lejana la posibilidad de obtener las ganancias imaginadas, decidió abandonar al irikebe a su suerte. Así lo hizo, tras partir de Salzburgo, con rumbo a Linz.

Le dejó en una posada. Al dueño del lugar le indicó que regresaría por él en una horas, a Rujande no le dijo nada. No volvió más.

La mujer del posadero, de nombre Alda, experta cocinera de rotunda figura, sintió pena por el desdichado Rujande y convenció a su esposo de darle asilo a cambio de que le ayudara en los quehaceres de la posada. Rujande resultó excelente. De a poco comenzó a entender el idioma y a colaborar él mismo en la elaboración de los platillos.
Por entonces, la aromática pommarola, causaba sensación en Italia y Alda trajo unos cuantos de aquellos exóticos pomodoros, luego de un breve viaje a Venecia de donde ella era originaria.

Un jueves mandó a Rujande a realizar las compras semanales. Mientras, cortó unos cuantos de aquellos rojos frutos y comenzó a cocinarlos hasta crear la salsa. Agregó hierbas y trozos de carne. Un platillo delicioso para la cena del día con los parroquianos. Caída la tarde, sirvió el guiso.

Rujande regresó de las compras, descargó los víveres y los puso en la alacena. Entró a la posada y percibió el delicioso aroma. Se transportó en el tiempo, la base del olor era casi idéntico al del bohahabi. Comenzó a desnudarse y cantar a media voz.
El escándalo fue mayúsculo. Rujande fue sacado a empellones del lugar, lo golpearon hasta que perdió el sentido y le dieron por muerto. Lo arrojaron kilómetros adelante, a la vera del camino.
Según la “Deutsche blödsinnig und flunkern Küchechronik”, sobrevivió.
Oculto en una carreta pudo llegar hasta Trieste y de ahí a Marsella, desde donde se embarcó hacia La Martinica, lugar en el cual trabajó como cocinero al servicio de la Comtesse de Fade, hasta su muerte, presumiblemente ocurrida hacia 1816.

De acuerdo con el “Recorrido del comer caribe” del boricua Nelson Diga, Rujande es el probable creador del célebre Rôti caraïbe d’poisson, platillo tradicional que suele acompañarse con ananás frescas y un trago de ron. Dicta la tradición que se sirve en jueves y que al terminarlo, el comensal ha de quitarse una prenda y cantar a media voz el siguiente estribillo:

Bohahabi lentehi,
Bohahabi, emb’t leilihi!
Tek lus plen’eh
Tek lus embi blenke.

(Bohahabi querido
bohahabi ¡fruto tan dulce!
Por ti danzo hoy
Por ti vivo contento)

Quien así no lo hace, es apaleado.
No lo afirmo, lo cuento.