Bueno, pues la vi. Realmente, me pareció muy buena.
Del director, Danny Boyle, hay que recordar su provocativa Trainspotting, una excelente cinta que conforme pasa el tiempo mantiene y agranda su dimensión como película de culto.
Ambientada en la India, "Quisiera ser millonario" narra la historia del joven Jamal Malik, a modo de hilo conductor para explicar su detención como sospechoso de fraude mientras participa en un concurso de televisión en el que se encuentra en camino de llevarse 20 millones de rupias.
Tras una serie de aventuras de todo tipo, finalmente el amor, la suerte, el deseo colectivo, la justicia, el happy end o como se le quiera llamar se impone y todos contentos. Un final que deja buen sabor de boca, sin las invenciones de "originalidad" que de repente más parecen actos de sadismo por parte de los guionistas. Sin embargo, algo se me queda pendiente: Y a Enrique ¿por qué le pareció triste?
Lo veo al día siguiente y le pregunto al respecto. Me lanza una mirada de "ubícate mi chavo"
- No hablaba de esa película, sino de la del niño con pijama de rayas.
- Ah...
No les digo... y yo que me quedé esperando una tragedia toda la película...
***
1 comentario:
Je je je
Lo bueno d etus esporádicas apariciones en tu blog es que muchas veces soy el primero en comentar.
Respecto a Slumdog, recuerdo que cuando leí "la ciudad de la alegría" mi mente no lacanzaba a comprender el tamaño de los slums o "chabolas", las imaginaba sí, como ciudades perdidas, pero apartadas como las favelas.
En fin, me impresionó mucho e incluso también comenté algo al respecto en mi blog. Aunque es un "Happy ending" no es el final facilón y melcochoso de la comedia romántica, es un Happy ending que sin quererlo, nos llena de esperanza.
La del niño en pijama de rayas no he leído el libro y creo que la película la obviaré. Lamentablemente esto también comienza a hacer fórmula, me gustaría en verdad ver una película de Palestina, y niños que moran en un "país" convertido en campo de concentración. Ya me enlobé.
Aullidos para ti K. espero que la próxima semana (o la siguiente) nos podamos afanar como Dios manda. Andaré por los Méxicos en esos días.
Un abrazo.
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