De la palabra que da nombre al mes inicial del año, nos dice el diccionario de la Real Academia:
enero. (Del latín vulgar ienarius, latín ianuarius) 1.m. Primer mes del año. Tiene 31 días.
Pero bien es posible hacer un pequeño esfuerzo por decir un poco más.
Los romanos veneraban en una pequeña capilla dentro del hogar a dioses familiares, generalmente de dos tipos: los Lares, protectores de la casa y el ajuar; y los Penates, protectores de las provisiones. De los primeros se solía rendir culto a dos y de los segundos, sólo a uno.
Bien, dentro de los Penates, se contaba a Ianus o, como hoy le conocemos, a Jano, quien era hijo de Saturno y Entornia.
En latín, se llamaba ianua a la puerta, de ahí que Jano sea, precisamente, quien simbolizara el paso de una cosa hacia otra, el principio y el fin de algo. Consecuentemente, era representado con dos caras: una viendo hacia el pasado y la otra al futuro.
Tal fue su importancia, que pasó a la categoría de dios público y se dice que Rómulo le erigió un templo frente a una de las puertas de la muralla que rodeaba a la ciudad.
Como se recordará, los romanos en determinado momento tuvieron la idea de ir a tomar una cuantas mujeres, para lo cual les parecieron muy a propósito las sabinas, así que fueron y raptaron algunas.
Evidentemente, luego de esta acción, no faltó algún sabino quisquilloso que se diera por ofendido y que quisiera ir a recuperar a sus féminas y tomar venganza del hecho. De modo que marcharon hacia la ciudad y la atacaron, pero (misterios del destino) lo hicieron justamente frente al templo de Jano, del cual brotaron chorros de agua caliente que fulminaron a los agresores. Triste final de los sabinos: ofendidos y ardidos.
Tras el episodio, se ordenó que las puertas del templo no fueran cerradas en tiempos de guerra, sino únicamente en los días de paz (y conociendo a los romanos, pocos días de asueto habrá tenido Jano).
El caso es que el prestigio de esta deidad continuó subiendo y se le consideró el dios de todos los principios, como el primer día del año: ianuarius.
Dice Pérez-Rioja: “Supone Jano un símbolo de totalización, de anhelo de dominación general. Ovidio dice que Jano tiene doble cara porque ejerce su poder en el cielo, mar y tierra. Para Macrobio simboliza el movimiento universal; para algunos, es el caos; para otros el Sol.
La frase ‘tiene dos caras, como Jano’, se aplica proverbialmente al hombre falso y embustero.”
Jano es una deidad de creación absolutamente latina, sin equivalente dentro del panteón griego.
enero. (Del latín vulgar ienarius, latín ianuarius) 1.m. Primer mes del año. Tiene 31 días.
Pero bien es posible hacer un pequeño esfuerzo por decir un poco más.
Los romanos veneraban en una pequeña capilla dentro del hogar a dioses familiares, generalmente de dos tipos: los Lares, protectores de la casa y el ajuar; y los Penates, protectores de las provisiones. De los primeros se solía rendir culto a dos y de los segundos, sólo a uno.
Bien, dentro de los Penates, se contaba a Ianus o, como hoy le conocemos, a Jano, quien era hijo de Saturno y Entornia.
En latín, se llamaba ianua a la puerta, de ahí que Jano sea, precisamente, quien simbolizara el paso de una cosa hacia otra, el principio y el fin de algo. Consecuentemente, era representado con dos caras: una viendo hacia el pasado y la otra al futuro.
Tal fue su importancia, que pasó a la categoría de dios público y se dice que Rómulo le erigió un templo frente a una de las puertas de la muralla que rodeaba a la ciudad.
Como se recordará, los romanos en determinado momento tuvieron la idea de ir a tomar una cuantas mujeres, para lo cual les parecieron muy a propósito las sabinas, así que fueron y raptaron algunas.
Evidentemente, luego de esta acción, no faltó algún sabino quisquilloso que se diera por ofendido y que quisiera ir a recuperar a sus féminas y tomar venganza del hecho. De modo que marcharon hacia la ciudad y la atacaron, pero (misterios del destino) lo hicieron justamente frente al templo de Jano, del cual brotaron chorros de agua caliente que fulminaron a los agresores. Triste final de los sabinos: ofendidos y ardidos.
Tras el episodio, se ordenó que las puertas del templo no fueran cerradas en tiempos de guerra, sino únicamente en los días de paz (y conociendo a los romanos, pocos días de asueto habrá tenido Jano).
El caso es que el prestigio de esta deidad continuó subiendo y se le consideró el dios de todos los principios, como el primer día del año: ianuarius.
Dice Pérez-Rioja: “Supone Jano un símbolo de totalización, de anhelo de dominación general. Ovidio dice que Jano tiene doble cara porque ejerce su poder en el cielo, mar y tierra. Para Macrobio simboliza el movimiento universal; para algunos, es el caos; para otros el Sol.
La frase ‘tiene dos caras, como Jano’, se aplica proverbialmente al hombre falso y embustero.”
Jano es una deidad de creación absolutamente latina, sin equivalente dentro del panteón griego.
En fin, sirva esto para decirte: espero que el paso entre la salida del 2007 y la entrada al 2008 sea en completa dicha.
Gracias por compartir este espacio, recibe un fuerte abrazo.