Este 2008, es bisiesto. Como sabemos, esto significa que aquellos ingenuos que prestaron dinero para cobrarlo el 29 de febrero, por fin podrán hacer efectivo el pagaré.
La palabra tiene un curioso significado, pues literalmente quiere decir “dos veces sexto”.
Remontémonos en la historia:
Los antiguos latinos decían “bisextus”, que era el día que se añadía cada cuatro años al sexto día antes del principio de marzo, en el calendario juliano. O sea, entre el 23 y 24 de febrero, en ese entonces.
El primer día del mes o de la luna nueva era llamado por los romanos “calenda” y partir de esta fecha se contaban hacia atrás los días hasta la luna llena, conocidos como los “idus”.
La palabra “calenda” proviene del antiguo indoeuropeo “kal-and”= ‘grito’, parece que esto tiene su origen en la costumbre de anunciar públicamente (y supongo que a todo pulmón) los días en que iban a caer las nonas y los idus del mes. Es el origen de la moderna “calendario”.
A propósito de los idus, habrá de recordar que al célebre emperador romano Julio César, un vidente le advirtió: “Cuídate de los idus de marzo”. Si bien no olvidó la frase, tampoco le quitó el sueño. Pasaron los días y estando ya en los primeros días del mes, el emperador se dirigió al Senado. En el camino se encontró con el adivino y le dijo: “Los idus ya están aquí” -como haciendo patente que la advertencia había sido en vano-, a lo que el vidente sólo respondió: “Pero no se han ido”. Ese mismo día Julio César fue asesinado.
En honor a César, fue llamado con su nombre un mes del año: Julio.
El sucesor de César fue Augusto, quien no quiso ser menos que su antecesor, de modo que también hizo que un mes fuera nombrado como él. Así apareció agosto y el desorden en la nomenclatura de los meses del año (septiembre, pues era el séptimo, ahora fue el noveno; octubre, antes el octavo, ahora décimo; noviembre, antes el noveno, ahora décimo primero y diciembre, antes el décimo, ahora, décimo segundo)
Sin embargo, el mes asignado a Augusto tenía menos días que el de Julio, y ya entrados en la megalomanía galopante y para que el emperador no fuera a ofenderse, la solución fue quitarle días a algún mesesito que estuviera distraído. La víctima fue febrero, que así quedó con nada más que 28 días. De nada valió que su nombre proviniera de “februare” (purificar).
Como premio de consolación, febrero conservó el privilegio de agenciarse un día extra cada cuatro años, cuando es bisiesto. Bueno, algo es algo.
2 comentarios:
......
Pues yo nací en el mes donde los idus son más bellas, generalmente yo no me cuido ni me preocupo, ni hago nada especial durante los días de Luna llena... Mmmm creo que desde hace mucho tiempo he soñado que yo soy la Luna..... el día que la luna hermosa desaparezca para algunas miradas, es que yo duermo a lo mejor en alguna almohada......
...¡¡¡¡chanclas!!! que jalada jejejeje..
Un saludo mi amigo.....
Mafalda
Un aullido para usted Maestraxo, ¿ha pensado en colaborar con la revista "Algarabía"? es en serio.
Mientras espero otro de sus interesantes posts, le dejo mis saludos.
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