domingo, 1 de noviembre de 2009

Catorce

El 30 de octubre cumplió 14 años el hijo mío, querido de mi corazón.
Fuimos a comer acompañados de dos de sus amigos y su madre, a Italianni's de Santa Fe. Puras risas, tonteras y más risas entre el trío de adolescentes.
Veo a Enrique y parece mentira que apenas ayer lo cargaba, le hacía avioncito, jugábamos luchitas (bueno, eso todavía) y ahora es un larguilucho mozalbete más alto que sus progenitores.

Le llevé de regalillo pal día, un DVD de Led Zeppelin y una bufanda.
Digo, ya anda en ondas más creciditas y resulta que le gusta el rock. Bueno pues un obsequio que esté en sintonía, no?

Al salir de la comida, los tres alegres compadres decidieron entrar al cine, pero eso sí, solos. No es cosa de quemarlos socialmente acompañádolos, ellos ya deciden y hacen sus cosas, ok?. Al llegar a taquilla, se pusieron de acuerdo y decidieron ver... Toy Story en 3D.
Esos adolescentes...

Su mamá y yo, nos retiramos sonrientes a ver aparadores.
Fue una grata tarde.

Un abrazo grande, enorme, para mi muchachote. Se lo merece, ¡Es un buen chico!